En 1929, el conservadurismo enfrentó la difícil tarea de presentar un candidato para las elecciones presidenciales que se llevarían a cabo el año siguiente. La tarea era ardua por las divisiones al interior del partido, pues dos políticos destacados y de amplia influencia —Guillermo Valencia (1873-1943) y Alfredo Vásquez Cobo (1869-1941)— se disputaban el apoyo de las mayorías conservadoras, lo que contribuía al ánimo de incertidumbre y confusión. Las críticas al régimen de Miguel Abadía Méndez (1867-1947) —por nepotismo y corrupción— junto con la creciente inestabilidad del partido mantenían al conservadurismo en una situación de crisis. Sobre esta nueva situación del conservadurismo, la redacción de El Tiempo señaló que: “El manifiesto ...